¿Hasta qué punto el objeto mostrado se refiere a un mundo mejor?

La foto mues­tra el pan que hor­neé hace unos días y la masa madre que lo acom­pa­ña.
Para hor­near el pan no se nece­si­ta más que hari­na, agua, un poco de sal y mucho tiem­po. La masa madre pue­de ser uti­li­za­da una y otra vez, mejo­ra de pan en pan, pero tie­ne que ser ali­men­ta­da y cui­da­da regu­lar­men­te.
Así que el pan y la leva­du­ra son para mí sím­bo­los de un mun­do mejor, don­de la gen­te se encuen­tra con pacien­cia, se toman tiem­po para los demás y pres­tan aten­ción a las peque­ñas cosas y acti­vi­da­des.

Así es como imagino un mundo mejor:

En mi idea de un mun­do mejor hay lugar para todos. Como todos pue­den desa­rro­llar­se libre­men­te, todos son más feli­ces. Nadie tie­ne que tra­ba­jar para ganar­se la vida, pero todos se invo­lu­cran según sus capa­ci­da­des e intere­ses para con­tri­buir al bien común. Es por eso que todos pue­den ir a tra­ba­jar con entu­sias­mo.

Todas las per­so­nas tie­nen acce­so a jar­di­nes, biblio­te­cas, talle­res, tea­tros, ins­ta­la­cio­nes depor­ti­vas, pana­de­rías y museos. Pue­den reu­nir­se en pro­yec­tos socia­les que no tie­nen que ser anun­cia­dos como “pro­yec­tos” por­que son nor­ma­les. La aten­ción médi­ca, la edu­ca­ción, el sumi­nis­tro de agua y elec­tri­ci­dad, el trans­por­te públi­co, etc. están ase­gu­ra­dos y finan­cia­dos por fon­dos públi­cos. Todas las per­so­nas de todas las eda­des pue­den apren­der lo que quie­ren y obte­ner ayu­da con sus pro­ble­mas per­so­na­les. A nadie se le dice sin razón que es dema­sia­do vie­jo o dema­sia­do joven para algo, todos los miem­bros de la socie­dad son toma­dos en serio.

El dine­ro no jue­ga un papel espe­cial, tal vez sim­ple­men­te no hay nin­guno, o cada uno tie­ne tan­to de él que ya no lo nece­si­ta. No hay bie­nes de lujo “inú­ti­les” como coches rápi­dos, lin­go­tes de oro o relo­jes caros. En lugar de su valor de ven­ta, los artícu­los se valo­ran según su uso prác­ti­co.

En mi mun­do, ten­go tiem­po para hacer las cosas yo mis­mo en vez de ele­gir­las de estan­tes des­bor­dan­tes. Pue­do y quie­ro dedi­car tiem­po a la gen­te con la que vivo. Estoy lis­to para acep­tar desa­fíos y no tomar el camino fácil.

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