¿Hasta qué punto el objeto mostrado se refiere a un mundo mejor?

Vivi­mos en un mun­do don­de hay una con­ti­nua degra­da­ción, que se obser­va tan­to en los huma­nos como en los ani­ma­les, jun­to con el medio ambien­te habi­ta­do. La cau­sa de esta rui­na pue­de nece­si­tar ser cues­tio­na­da. Se hacen esfuer­zos en res­pues­ta al lla­ma­do de cam­bio social para hacer la vida mejor, sin embar­go el mun­do sigue en total deca­den­cia. Inven­tos tras otros se hacen para hacer el mun­do per­fec­to. ¡Un lla­ma­do a un cam­bio de carác­ter debe­ría ser lo sufi­cien­te­men­te audi­ble! Por­que el buen carác­ter se man­ten­drá en todos los tiem­pos.

El obje­to de arri­ba es una com­pi­la­ción de uno de los libros más anti­guos jamás traí­dos a la huma­ni­dad. En él, se pre­sen­ta el modo de vida y cla­ra­men­te ofre­ce prin­ci­pios de los que todos pue­den ins­pi­rar­se para vivir. Los prin­ci­pios per­mi­ten vivir en el mun­do actual y en el futu­ro. Por cada pre­dic­ción hecha en el libro, la his­to­ria prue­ba cada deta­lle de la pre­dic­ción cum­pli­da en los momen­tos exac­tos. La con­sis­ten­cia es la defi­ni­ción mis­ma de los even­tos que tuvie­ron y ten­drán lugar.

Así es como imagino un mundo mejor:

Un mun­do don­de el amor es la base del gobierno. Don­de la ley se per­ci­be como liber­tad y no como sub­yu­ga­ción. Un mun­do don­de el bien pre­va­le­ce con­ti­nua­men­te y la vida no ter­mi­na. En ese mun­do, las flo­res no se mar­chi­tan, todos y cada uno de los ani­ma­les son her­bí­vo­ros, no hace ni frío ni calor, sólo la atmós­fe­ra per­fec­ta para que cada cria­tu­ra viva. Un mun­do en el que uno no es un extra­ño para otro. Mi pro­pia vida y la de los demás ten­dría la pure­za, la vic­to­ria y la rec­ti­tud como esen­cia de nues­tro ser.

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