¿Hasta qué punto el objeto mostrado se refiere a un mundo mejor?

Esta foto com­bi­na cua­tro imá­ge­nes sepa­ra­das, todas con dise­ños intrin­ca­dos. Las cua­tro imá­ge­nes son ordi­na­rias, pero her­mo­sas; com­bi­na­das, con­tie­nen mul­ti­tu­des. El con­cep­to de esto me recuer­da que la huma­ni­dad ordi­na­ria pue­de ser her­mo­sa, pero que sólo pode­mos alcan­zar el pleno alcan­ce del inge­nio cuan­do esta­mos com­bi­na­dos. Es una ima­gen que, para mí, saca a relu­cir las intrin­ca­das cone­xio­nes entre cada par­te de nues­tro pla­ne­ta, y lo poco que sig­ni­fi­ca cual­quier cosa cuan­do se ve de for­ma ais­la­da.

Así es como imagino un mundo mejor:

Un mun­do mejor es aquel en el que reco­no­ce­mos que la coope­ra­ción vale más que la com­pe­ten­cia, aquel en el que uti­li­za­mos nues­tros recur­sos com­bi­na­dos para satis­fa­cer las nece­si­da­des vita­les bási­cas de todos, en lugar de que algu­nos aca­pa­ren la rique­za y los bie­nes mien­tras que otros se que­den sin ellos.

Un mun­do mejor valo­ra a las per­so­nas por lo que son, reco­no­ce que muchas cosas cons­ti­tu­yen tra­ba­jo y no da a algu­nas tareas un esta­tus por enci­ma de otras.

Un mun­do mejor tra­ta a todos los seres vivos con res­pe­to, cui­da­do y con­si­de­ra­ción, des­de los insec­tos has­ta los huma­nos. Un mun­do mejor recuer­da que todos los ele­men­tos del ser son váli­dos y abo­rre­ce la dis­cri­mi­na­ción.

Un mun­do mejor sabe que todos somos imper­fec­tos. Nos per­mi­te come­ter erro­res, sin jui­cio, y demues­tra una for­ma de vida que pue­de ser expe­ri­men­tal, des­or­de­na­da, curio­sa y crea­ti­va. Un mun­do mejor es aquel en el que no hay barre­ras de acce­so, don­de todos tene­mos la liber­tad de inten­tar­lo y no hay que aver­gon­zar­se de caer, vol­ver a inten­tar­lo o cam­biar de opi­nión.

Un mun­do mejor no explo­ta la tie­rra ni nada de la vida en ella.

Un mun­do mejor tie­ne espa­cio para el des­acuer­do sin vio­len­cia.

En este mun­do, yo sería par­te de algo más gran­de que yo mis­mo. En este mun­do, todo el mun­do impor­ta­ría. En este mun­do, nadie sería “dema­sia­do” o “no lo sufi­cien­te”. En este mun­do, via­ja­ría y escu­cha­ría, y ayu­da­ría a la gen­te a alcan­zar sus obje­ti­vos. Mira­ría al océano, a los bos­ques, a la gen­te que me rodea, y sabría que podría­mos tra­ba­jar jun­tos para eli­mi­nar el sufri­mien­to mate­rial.

En este mun­do, ama­ría y con­fia­ría.
Y tam­bién lo haría todo el mun­do.

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