¿Hasta qué punto el objeto mostrado se refiere a un mundo mejor?

Esta es mi bici­cle­ta. Correc­to: Esa era mi bici­cle­ta, por­que des­afor­tu­na­da­men­te me la roba­ron recien­te­men­te. En un mun­do mejor esto no habría suce­di­do, lo que habría teni­do muchas ven­ta­jas: Pri­me­ro, la(s) persona(s) que decidió(n) robar la bici­cle­ta por la fuer­za no habría(n) teni­do que hacer­lo. No habrían teni­do nin­gu­na razón para hacer­lo por­que habrían esta­do bien. En segun­do lugar, no habría teni­do que pen­sar en cate­go­rías de “pose­sión” y mar­car mi bici­cle­ta como “en pose­sión” con un can­da­do difí­cil de abrir en la baran­di­lla, por­que podría haber­la com­par­ti­do y con­fiar en que sería tra­ta­da con cui­da­do y vol­ve­ría a mí. En ter­cer lugar, más gen­te habría dis­fru­ta­do de su bici­cle­ta y nues­tra baran­di­lla habría per­ma­ne­ci­do intac­ta.

En fin…

Mi bici­cle­ta es de algu­na mane­ra lo pri­me­ro que me vie­ne a la men­te cuan­do pien­so en un mun­do mejor, lo segun­do pro­ba­ble­men­te habría sido un huer­to o un jar­dín comu­ni­ta­rio urbano. Vol­vien­do a la bici­cle­ta: para mí sigue sig­ni­fi­can­do ser inde­pen­dien­te y poder salir en cual­quier momen­to — un medio para poder rela­cio­nar­se con algo, para conec­tar­se con algo: ya sea para ir de A a B de una mane­ra muy prag­má­ti­ca, para poder visi­tar a la gen­te o para salir de gira y sen­tir la cone­xión entre el cuer­po y la máqui­na. Por eso mi bici­cle­ta tam­bién sig­ni­fi­ca movi­li­dad sos­te­ni­ble para mí, espe­cial­men­te en las zonas urba­nas. El hecho de que en algu­nas ciu­da­des de Covid-19 se haya mejo­ra­do has­ta cier­to pun­to la red de trans­por­te urbano en bici­cle­ta me hace abri­gar la espe­ran­za de que en el futu­ro la bici­cle­ta pue­da desem­pe­ñar tal vez un papel más impor­tan­te en las cues­tio­nes de desa­rro­llo urbano y de que tal vez poda­mos vivir en algún momen­to en ciu­da­des sin auto­mó­vi­les en las que todos pue­dan seguir tenien­do igual acce­so a la movi­li­dad, aun­que no pue­dan andar en bici­cle­ta.

Así es como imagino un mundo mejor:

Lo impor­tan­te sería que todas las per­so­nas pue­dan vivir y resi­dir don­de deseen y que pue­dan y deban ser capa­ces de dise­ñar este lugar como deseen sin dañar a otros en su entorno inme­dia­to y en otros luga­res. Deben ser capa­ces de lle­gar a este lugar sin que se les impi­da. Las per­so­nas deben tener la opor­tu­ni­dad de mol­dear sus vidas de la mane­ra que con­si­de­ren que vale la pena vivir, sin tener que temer mie­dos exis­ten­cia­les y/o des­ven­ta­jas estruc­tu­ra­les — pero tam­bién sin res­trin­gir el bien­es­tar de los demás a tra­vés de su esti­lo de vida.

Deseo que haya una unión social y que cada uno de los indi­vi­duos pue­da par­ti­ci­par en los pro­ce­sos de toma de deci­sio­nes socia­les. Deseo una for­ma dife­ren­te de hacer nego­cios, que vaya más allá de la maxi­mi­za­ción de las ganan­cias…

En reali­dad, hones­ta­men­te, la cues­tión de la uto­pía y un mun­do mejor me sobre­car­ga. Las gran­des pre­gun­tas sur­gen muy rápi­da­men­te, muy rápi­da­men­te, y el resul­ta­do es un remo­lino de pen­sa­mien­tos y con­fu­sión que hace girar la com­ple­ji­dad y el entre­la­za­mien­to del mun­do, tal como lo pue­do cap­tar a tra­vés de mi per­cep­ción, en un giro casi inter­mi­na­ble. Por eso pre­fie­ro empe­zar en mi pro­pia puer­ta y entrar en el jar­dín comu­ni­ta­rio para hacer algo de aza­da, para que el pró­xi­mo café sea agra­da­ble para el vecin­da­rio. Mien­tras tan­to, podría comer algu­nas fram­bue­sas de los comu­nes… La línea entre la uto­pía y el esca­pis­mo es qui­zás muy del­ga­da en el inten­to de reali­dad vivi­da…

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