¿Hasta qué punto el objeto mostrado se refiere a un mundo mejor?

Esto es un telé­fono móvil. Hoy en día, la mayo­ría, si no todos, tene­mos un telé­fono móvil. Cuan­do lle­gué por pri­me­ra vez a Áfri­ca hace unos 20 años, la comu­ni­ca­ción con mis padres y fami­lia­res era obvia­men­te un desa­fío. La lle­ga­da de los telé­fo­nos móvi­les hizo la comu­ni­ca­ción mucho más fácil. El telé­fono móvil apun­ta a un mun­do mejor, ya que me recuer­da que estoy conec­ta­do con otros seres huma­nos. El telé­fono móvil tam­bién seña­la las debi­li­da­des huma­nas. A menu­do, la gen­te pasa más tiem­po en sus telé­fo­nos móvi­les mien­tras igno­ra la pre­sen­cia de otros. Ha habi­do muchos ejem­plos en los que la gen­te está usan­do rápi­da­men­te sus telé­fo­nos móvi­les para fil­mar un acci­den­te de coche mor­tal, en lugar de ayu­dar a los impli­ca­dos en el acci­den­te. Como tal, el telé­fono móvil jue­ga un papel cru­cial en el des­per­tar de mi sen­ti­do de huma­ni­dad de vez en cuan­do.

Así es como imagino un mundo mejor:

A lo lar­go de mi vida adul­ta, he vivi­do en dife­ren­tes paí­ses y con­ti­nen­tes. Como resul­ta­do, he cono­ci­do a gen­te de dife­ren­tes cul­tu­ras y orí­ge­nes. Tam­bién me com­pro­me­tí con per­so­nas que tie­nen dife­ren­tes visio­nes del mun­do y enfo­ques filo­só­fi­cos de cómo fun­cio­nan nues­tras socie­da­des. A pesar de estas dife­ren­cias, me he dado cuen­ta de que siem­pre hay un pun­to de encuen­tro, un pun­to que nos une y nos conec­ta unos con otros. Y el pun­to siem­pre ha sido acer­ca de cómo todos cons­trui­mos y nutri­mos el mun­do en el que vivi­mos para un futu­ro mejor.

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